El deber de todo medio de comunicación es el de informar, basándose siempre en la veracidad de los argumentos y el respeto a los demás. Se convierten incluso en los portavoces de la opinión pública. Es lícito, por tanto, que un medio reproduzca las opiniones o expresiones vertidas por los sujetos protagonistas de la noticia. La cuestión sería la siguiente: ¿Es el medio de comunicación responsable de las consecuencias derivadas de ello? En cierto modo sí, puesto que, como hemos afirmado al principio, el medio se convierte en el difusor masivo de la información, y ésta siempre repercutirá en las opiniones, actitudes o actuaciones de los receptores. Por lo tanto, aunque el medio sea un fiel abanderado de la verdad y la objetividad, también es cierto que debe cuidar el tratamiento del tema en varios aspectos.
En primer lugar, nunca se deberá utilizar un lenguaje ofensivo o degradador para con algún sujeto o sector de la población.
En segundo lugar, se debe ofrecer una pluralidad de posturas, de modo que unas contrarresten a otras en una medida lógica. Por ejemplo, si se publican las declaraciones de un sector que humilla y critica públicamente a la población inmigrante, también se deberá ofrecer la realidad de ésta.
Imaginemos que un chico afirma: "La población inmigrante comete más delitos que los naturales del país". En este caso, también se deberían publicar las experiencias de inmigrantes agredidos o atacados por españoles. De este modo, estaremos ofreciendo al lector varias versiones sobre un mismo tema, de manera que la balanza quede lo más equilibrada posible.
Únicamente así el lector podrá formarse un juicio correcto.
En tercer lugar, no sólo las noticias negativas son publicables e interesantes.
En el caso de la inmigración, por ejemplo, hemos de tener en cuenta que éste es un asunto latente en nuestros días, y no sólo por el tema de las mafias o la delincuencia, sino también por motivos altamente positivos, tales como la riqueza cultural que los inmigrantes aportan al país de acogida, el crecimiento de la tasa de natalidad en países envejecidos, etc.