25/11/07

Medios de comunicación, violencia e inmigración

Generalmente, los flujos migratorios suponen un enriquecimiento para el país de acogida, pues a través de ellos se regula la demanda de mano de obra, la demografía, etc. A ello se une la riqueza cultural que los inmigrantes traen consigo y de la que se nutre el país de acogida.
Sin embargo, en los últimos tiempos, especialmente a partir del año 2000, se ha registrado un notable aumento de la criminalidad de extranjeros en España, lo cual coincide con el aumento de los flujos migratorios en nuestro país. No obstante, sería un error confundir criminalidad con inmigración.
Lo cierto es que actualmente existe una actividad delictiva relacionada con los movimientos migratorios y, en especial, con la inmigración ilegal. Esta población extranjera afincada en España, en ocasiones comete actos delictivos, pero en otros momentos, son víctimas de la violencia social por parte de sujetos naturales del país.
Por otro lado, los inmigrantes que llegan al país de forma legal para trabajar, no suelen presentar problemas de criminalidad.

En los medios de comunicación de masas, el tema de la inmigración se suele observar como algo negativo, siendo los temas más tratados:

- Delitos por parte de la población inmigrante.
- Inmigración ilegal.
- Conflictos (peleas, bandas callejeras…).

Las mujeres suponen un 50% de los inmigrantes que hay actualmente en España.
En los medios de comunicación, la mujer inmigrante es representada como víctima de su propia cultura (velo, extirpación de clítoris, etc.) o de su propio cónyuge (violencia de género).
Durante los años ochenta y hasta principios de la década de los noventa, la mayoría de los extranjeros procedían de Reino Unido.
A principios de los años noventa, gran parte de los inmigrantes eran marroquíes. A partir del año 2000, la mayoría de los inmigrantes que llegan a España proceden de Marruecos y de Europa del Este.
Sin embargo, una vez en el país de acogida, muchos inmigrantes se encuentran con el problema de la explotación laboral. Normalmente, trabajan en el sector de la agricultura y en el servicio doméstico. La precariedad laboral y los bajos salarios suponen otro problema a los que han de hacer frente.
En ocasiones, los inmigrantes suponen un negocio para muchos. Multitud de mujeres extranjeras son víctimas de redes de prostitución.

Una cantidad importante de los inmigrantes que llegan al país, lo hacen de manera ilegal, es decir, “sin papeles”, lo cual supone un problema. Sin embargo, aún no se ha conseguido adoptar las acciones encaminadas a regular los flujos migratorios. Éste es un tema muy debatido, tanto por políticos como por la opinión pública.
Por tanto, ante estos hechos, estamos en condiciones de afirmar que en la actualidad la inmigración se ha convertido en un problema o cuestión que se ha desbordado.
Los controles prácticamente no solucionan nada, siendo escasamente efectivos.
A nivel de continentes, América Latina es el que más flujo migratorio produce.

Existe una tipología de inmigrantes, según un estudio del colectivo IOE. Dicha tipología es la siguiente:

- Un perfil de inmigrante jubilado procedente de Europa del Norte que se afinca en las costas españolas. Suele estar acomodado económicamente.
- Altos ejecutivos que vienen a trabajar a empresas transnacionales y que perciben un alto salario.
- Inmigrantes que poseen cualificación, pero que se ven obligados a emigrar porque en su país (por cuestiones internas) no se les brinda la oportunidad de desarrollarse profesionalmente.
- Por último, hemos de citar a los inmigrantes más desfavorecidos. No poseen empleo, ni recursos. Tienen una gran necesidad económica. Este tipo de inmigrante es el que aparece en los medios de comunicación.


Frecuentemente podemos observar cómo en los medios se habla del “inmigrante” de manera peyorativa. Sin embargo, cuando se habla de “extranjero”, dicho término no implica un trato despectivo.

El tema de la inmigración sigue siendo noticia, pese a que la primera oleada a gran escala de inmigración se produjo con el desembarco de 14.000 magrebíes en el año 1988.

Últimamente, en la mayoría de las cumbres que se celebran referidas al tema se afirma que es necesario invertir más dinero en los países de origen para evitar la inmigración a gran escala.

Desgraciadamente, hemos de reconocer que ciertos sectores de la sociedad española aún atienden a ciertos tópicos y estereotipos. Esto es así, en parte, porque hay un gran desconocimiento acerca de otras culturas.
La integración de los inmigrantes sí es noticia, puesto que éste suele ser un hecho muy puntual. Sin embargo, los aspectos más destacados en los medios son los aspectos más negativos.
A partir del año 1995, las ONG´s se han convertido en una especie de “gabinetes de prensa” de los inmigrantes, puesto que sus voces casi nunca se oyen en los medios de comunicación.
No obstante, las ONG´s han notado un cambio de discurso, dependiendo de los diferentes medios (periódicos, etc.) y gobiernos.

Antonio Izquierdo, catedrático y decano de la Facultad de Sociología de La Coruña hace un estudio acerca del nivel cultural de la población inmigrante, del cual se desprende que:

- El 17,7 % de la población inmigrante no posee estudios, frente a un 17,1% de españoles que tampoco los poseen.
- Un 22,3% de los inmigrantes poseen estudios primarios, frente a un 30% en el caso de los españoles.
- El porcentaje de los inmigrantes que poseen estudios secundarios es del 42,2%. En el caso de los españoles, el porcentaje es del 41,9%.
- El 16,8% de los extranjeros poseen estudios universitarios, frente a un 11% de españoles.

Por tanto, de estos datos se desprende que la cualificación de estos inmigrantes sería óptima para que pudieran acceder a puestos de trabajo en España que les proporcionaran seguridad y un buen nivel de vida. Sin embargo, los inmigrantes, tengan cualificación o no, sufren problemas en lo referente a su inserción laboral.
Los políticos tienen una gran responsabilidad a la hora de conseguir la representación política de los inmigrantes, su integración social y laboral. No obstante, esta responsabilidad no atañe únicamente a los políticos, sino también a los medios de comunicación y a los periodistas.
Suponemos que el tema de la inmigración tendrá una importante proyección de futuro, pues parece ser que seguirá siendo un tema muy debatido y, posiblemente, también un foco de polémica y tensiones.

Por otra parte, el racismo y la xenofobia son lacras sociales que aún persisten.
En el año 1992 asesinaron a Lucrecia Pérez, una mujer dominicana. Éste fue considerado oficialmente como el primer crimen racista en España. Paradójicamente, el autor del asesinato fue un funcionario del cuerpo de seguridad del país. En esos momentos, los medios de comunicación reaccionaron en contra de este tipo de violencia.

Algunos medios hablan en sus titulares de “sin papeles”, prescindiendo de las comillas. Esto supone una actitud despectiva y falta de sensibilidad hacia la población inmigrante. Incluso en caso de que se incluyan las comillas, este trato no es el apropiado.
Por otro lado, por increíble que parezca, existen discursos periodísticos (editoriales, etc.) explícitamente racistas.
No obstante, hay medios que sí se sensibilizan y solidarizan ante el problema.
Actualmente empiezan a surgir análisis sobre la inmigración en muchos medios de comunicación.

Hemos de tener en cuenta que no toda la inmigración es irregular. Frente al alto porcentaje de inmigración irregular, también hay un porcentaje (aunque reducido en comparación) de inmigración regularizada.
Una gran cantidad de inmigrantes son repatriados a su país de origen.

Aunque en la actualidad no existen problemas de convivencia a gran escala entre inmigrantes y población natural del país, posiblemente sí los haya en el futuro.
En Madrid, existen colegios públicos que se están quedando prácticamente sin niños españoles, debido a que se están escolarizando niños procedentes de otros países, lo cual lleva a algunos padres a matricular a sus hijos en colegios privados.
En países como Estados Unidos, donde existe emigración desde hace muchos años, se están probando modelos educativos alternativos para que los niños se puedan integrar correctamente.




















20/11/07

Gitanos y medios de comunicación

La influencia que los medios de comunicación ejercen sobre la sociedad actual hace que su actitud respecto al tratamiento del racismo sea fundamental.
La óptica que los medios ofrecen acerca de las minorías étnicas puede fomentar, o, por el contrario, evitar actitudes racistas por parte de la opinión pública.
En este sentido, hemos de reconocer que en la actualidad los gitanos son presentados por los medios en líneas generales o bien como artistas, o bien como delincuentes.
Éstas son concepciones basadas en tópicos y estereotipos, pero que privan al receptor del conocimiento de la realidad.
Es muy frecuente, pues, que aparezcan sujetos de raza gitana como concursantes de programas de diversa índole (reality shows, concursos musicales, etc.), o bien, protagonizando noticias en la que desarrollan un papel negativo (tráfico de drogas, chabolismo, vandalismo, etc).
Ahora bien, ¿en cuántas ocasiones hemos presenciado la figura de un/una gitano/a como presentador o conductor de algún tipo de evento o programa televisivo, por ejemplo?, ¿cuántos ocupan puestos relevantes en los medios de comunicación?
Es cierto que las circunstancias culturales a las que han estado sujetos los gitanos por muy diversos motivos han potenciado el hecho de que no exista un gran número de ellos intelectualmente preparados para desarrollar ciertos tipos de trabajos o cargos. Sin embargo, en ese sentido se están rompiendo barreras, de modo que todos podamos gozar de las mismas oportunidades.
Por otro lado, deberíamos hacer una reflexión. Son realmente escasos los medios que han hecho un esfuerzo por presentarnos de manera amplia y rigurosa la realidad del mundo gitano y las cosas positivas que habitan en ella, tales como su historia, su cultura o su lengua propia. Esto serviría para ampliar el conocimiento que la sociedad tiene acerca de ellos, al mismo tiempo que se fomentaría su integración en la misma. Es muy importante que comprendamos que la diferencia no es negativa, sino que enriquece.
No es perjudicial para el pueblo gitano el hecho de que puedan aparecer en los medios y ser aceptados por la sociedad como una etnia diferente,
puesto que lo son, pero siempre hemos de destacar que “diferente” no significa de ningún modo “inferior”. Hemos de pensar que los no gitanos también son “diferentes” con respecto a ellos.
Lo deseable sería, por supuesto, no recalcar ni señalar que existe tal o cual diferencia entre unos y otros, sino mostrar los valores que los gitanos pueden aportar y enriquecer al resto de la sociedad.
Una buena opción sería, por ejemplo, que en las páginas de sucesos se dejaran de publicar comentarios como “un individuo de etnia gitana…”, “un sujeto de aspecto gitano…”, para referirse a delincuentes pertenecientes a dicha etnia.
Este dato no suele ser imprescindible para ofrecer una correcta información al lector y, sin embargo, ofrecido de manera continua puede acarrearles “mala fama” y la creación de prejuicios hacia ellos.
Hemos de evitar, por tanto, la imagen estereotipada y folclórica que de ellos se ofrece en ocasiones. Para ello, potenciaremos y propagaremos todo lo positivo que puede proporcionarnos el pueblo gitano, al mismo tiempo que promocionaremos la cultura gitana como patrimonio que pertenece a los 10.000.000 de personas que forman el pueblo gitano en la Unión Europea.
Mª del Rocío Muñoz Fernández